Nos
despedimos del personal del hotel Himalayan
View a quien estuvimos muy agradecidos por el trato dispensado y la
limpieza general de sus aposentos.
Casi 8 horas de viaje invertimos
por una cogestionada carretera entre las 2 principales ciudades de Nepal.
Adelantamientos salvajes en curvas, cambios de rasante nos hacían cerrar los
ojos, pero al parecer un sexto sentido acompañaba siempre al conductor que nos
condujo hasta nuestro destino no sin quedarnos atrapados durante 1 hora en una
caravana que obligaba a cerrar uno de los sentidos ya que un camión se había
quedado cruzado en uno de los carriles.
Al llegar a Katmandú un taxi nos condujo hasta Thamel, la zona turística donde nos
alojaríamos las dos siguientes noches. El reencuentro con el personal de la
agencia High Spirits fue
emocionante. Nos recibieron con un delicioso café mientras repasábamos junto al
guía lo más destacado de nuestra caminata entre bromas y juegos de palabras.
Shiva el propietario de la agencia era un gran anfitrión y su sonrisa reforzaba
todas las relaciones que establecía. 11 años habían transcurrido hasta que
finalmente pudo establecerse por su cuenta y ofrecer un tipo de viaje diferente
para el viajero y turista fuera de lo corriente con itinerarios alternativos y
un planificación cuidada. Durante los 11 años anteriores trabajo como utillero,
cocinero, porteador, y guía perfeccionando su inglés y aprendiendo a
relacionarse con los turistas. Como todo negocio en crisis mundial se resentía
dependiendo de la época pero su carácter emprendedor y atención exquisita a los
turistas hacía que el trabajo en red proliferara y atrajera a los turistas con
tarifas asequibles. El lema de su agencia rezaba: ´High Spiritis for High adventures´.
Tras dormir plácidamente
en el Manang Hotel y desayunar un
exquisito buffet acompañados por Shiva, quien después del desayuno nos presentó
a quien sería nuestro guía para la última jornada de visita de Katmandú y su
valle sagrado dividido en 3 pequeños reinos, Bhaktapur, Katmandú y
Patan. Nuestro guía, que había estudiado filología hispánica en la
universidad de Katmandú y realizado prácticas de intercambio en Madrid durante
un año, nos acompañó en nuestro periplo monumental. Recordaba su paso por
Madrid con nostalgia y alegría, proponiéndose volver cuando pudiese.
Amanecimos en Boudhanath
para observar a los devotos rodeando la Stupa
sagrada en un único sentido mientras tocaban las ruedas de oración y
recitaban oraciones y mantras de fé. Hinduistas y budistas se acercaban a rezar
y a compartir esta liturgia. Alrededor de la Stupa, una de las mayores de Nepal
se congregraban numerosos puestos de artesanía en los que se elaboraban
mandalas, cuencos tibetanos…El sol de aquel magnífico día se prestó a
deleitarnos y a embellecer las figuras, los ángulos, las sombras, los gestos,
los movimientos de todos-as los que nos congregábamos allí. Un espíritu de
amistad y amor rodeaba espiritualmente al centro ceremonial.
Después se sucedieron
las interesantes visitas a otros centros religiosos hinduistas como el conjunto
de templos y los ghats exteriores del crematorio de Pashupatinath con sus sadhus eternos, los centenarios palacios de Bakhtapur, los preciosos templos en
forma de pagoda y las calles de artesanía de Patan y Durbar Square y
el centro ceremonial que descansaba en un colina llamado Swayambhunath con su propia Stupa. El
calor abrasador nos animó a volver al hotel tras una larga jornada de visitas
monumentales. Aquella noche Shiva y su equipo nos premiaron con una cena de
despedida en un restaurante folclórico a las afueras de Katmandú en el que los
bailes regionales ataviados con prendas típicas de Nepal se sucedían mientras
degustábamos algunos platos tradicionales de la cocina nepalí junto con
nuestras compañeras noruegas de viaje. Shiva amenizó con sus bromas la velada.
El día de partir hacia
Bilbao Shiva nos preguntó si volveríamos alguna vez, a lo que respondimos que
en algún momento de nuestras vidas nos gustaría, quizá llevando a nuestros
hijos con nosotros, para realizar la ruta de Langtang- Gosainkunda-Dunche.