Después de pasar más un día viajando haciendo
escala en Madrid y Doha (Qatar) hicimos tierra en Katmandú, donde pudimos
observar un helicóptero militar de bandera estadounidense aparcado en la pista
de aterrizaje. Hicimos tierra en Tribhuvan, aeropuerto de pequeñas dimensiones
con forma de hangar y de estructura de ladrillo.
Debbe, guía que acompañaría a las turistas
noruegas en nuestra misma expedición, nos acompañó en el taxi de camino a Katmandú
Thamel, centro turístico de la capital de Nepal. El siempre simpático Shiva,
gerente de la agencia de viajes, fue a conocernos en persona. Es curioso cuando
has estado los últimos 5 meses escribiéndote por correo electrónico con alguien
y acabas conociéndole, la relación que se establece a continuación es dinámica
y no supone un punto y parte, pues cuando el otro sabe de ti, de quién eres, de
algunos rasgos de tu forma de pensar, de tus necesidades, da la impresión que
todo ello queda impregnado en la comunicación y en la relación interactiva que
surge entre 2 personas a posteriori.
Tras la bienvenida nos acomodamos en
el hotel Manang, de tercera clase. Nos despojamos de nuestras pesadas mochilas
y nos aseamos convenientemente para volver a la agencia más despejados. El
bueno de Shiva y su equipo nos ofrecieron generosamente sendos cafés con leche
que nos supieron deliciosos. Recordamos al inicio de nuestro contacto el tiempo
que habíamos pasado comunicándonos por Internet y lo mucho que agradecimos
mutuamente el respetuoso trato facilitado para solicitar y ofrecer información
a cerca del viaje, sobre todo cuando se está a más de 11.000 km y deseas
confiar en la información que nos proporcionaron.
Shiva nos presentó a su equipo de la
agencia, y nos habló de su dilatada experiencia como guía de montaña de 11
años. Comenzó siendo porteador, a continuación, ayudante de cocina/porteador,
ayudante de guía/cocinero y guía hasta que hace 3 años consiguió abrir la
agencia de viajes de montaña en colaboración también con una agencia de
italiana de Trento. También a nuestra llegada nos explicó el creciente descenso
de visitas de turistas al país, tras el periodo de tiempo de guerra en el que
los rebeldes maoístas se hicieron con el poder expulsando del cargo al rey
Gyanendra derogando sus privilegios como monarca, convirtiéndole en un
ciudadano más exiliándole de su palacio.
Después de intercambiar algunas bromas
con Shiva fuimos a almorzar algo con Bchim, tío de Shiva y nuestro guía de
montaña hasta el retorno a Katmandú 11 días después. Le pedimos que nos llevara
a algunos de los preciosos templos que se encuentran en los aledaños de la zona
de Thamel. Bchim con un gran sentido de criterio por su experiencia con
turistas nos condujo al precioso Drugbon
Jangchup Choelling Buddhist temple y sus alrededores, donde reverenciamos
la imagen dorada de Buda que yacía en su interior y dimos la vuelta al gran
mane o rueda de oración budista del que entraban y salían devotos/as sin cesar.
Tomamos unas preciosas fotos de su pequeña stupa o mausoleo de oración de
peregrinos y no peregrinos.
Tras la visita a este hermoso centro
ceremonial, nos recogimos al hotel Manang no sin antes dar un paseo por los
variopintos mercados de Thamel, testigos de la fabricación de enseres
autóctonos con materias primas y métodos de elaboración tradicionales. Ya en el
hotel y manejándonos con linternas debido a al restricción de electricidad que
sufre Nepal con 14 horas de energía al día, disfrutamos de un merecido descanso
entre sábanas limpias.